viernes, 13 de mayo de 2016

TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN



Los trastornos de alimentación son cada día más frecuentes y preocupantes en nuestra sociedad, sobre todo por las edades tempranas a las que se producen.



Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) engloban varias enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa se caracteriza por una pérdida de peso elevada (más del 15%) debido al seguimiento de dietas extremadamente restrictivas y al empleo de conductas purgativas (vómitos, ejercicio físico en exceso). Estas personas presentan una alteración de su imagen corporal sobrestimando el tamaño de cualquier parte de su cuerpo.
Existen dos tipos:
Anorexia nerviosa restrictiva: El enfermo apenas come y en muchos casos realiza ejercicio en exceso.
Anorexia nerviosa purgativa: El enfermo utiliza métodos purgativos tales como vómitos, diuréticos o laxantes después de haber ingerido cantidades ínfimas de comida.
Las características psicológicas y sociales incluyen miedo intenso a comer en presencia de otros, dietas bajas en hidratos de carbono y grasas, preocupación por el alimento, abuso de laxantes y mentiras.
Las principales víctimas de este mal son las mujeres, sobre todo las jóvenes, quienes en ocasiones pueden estar influenciadas por ser admiradoras de personas famosas y mediáticas tales como actrices y modelos.
Criterios para el diagnóstico de anorexia nerviosa de acuerdo al "Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM IV):
  • A: Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).
  • B: Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
  • C: Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
  • D: En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.).

Bulimia Nerviosa

La persona con bulimia experimenta ataques de voracidad que vendrán seguidos por ayunos o vómitos para contrarrestar la ingesta excesiva, uso o abuso de laxantes para facilitar la evacuación, preocupación excesiva por la imagen corporal y sentimientos de depresión, ansiedad y culpabilidad por no tener autocontrol. Las personas que padecen dicha enfermedad llegan a tener hasta 15 episodios por semana. Afecta principalmente a personas jóvenes, en su mayoría son mujeres; también afecta a personas que han padecido anorexia o han realizado dietas sin control. Intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales.
Existen dos tipos:
Bulimia purgativa: después de los periodos de atracones, el enfermo usa laxantes, diuréticos o se provoca el vómito como método compensatorio.
Bulimia no purgativa: para contrarrestar los atracones, hace ejercicio en exceso, dietas restrictivas o incluso ayunos.
Los factores principales que van a mantener este problema son la ansiedad, la falta de autoestima y la alteración de la imagen corporal. 
Las consecuencias de las conductas bulímicas son amenorrea, malformaciones en los dedos, problemas dentales y maxilofaciales, debido a los constantes atracones, pérdida de cabello, arritmias que pueden desenfocar en infartos, perforación esofágica, pancreatitis, entre otras. Para evitar el aumento de peso usan métodos compensatorios inapropiados (inducción al vómito).
Criterios para el diagnóstico de bulimia nerviosa de acuerdo al Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM IV):
  • A: Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: 1. Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias 2. Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)
  • B: Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
  • C: Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.
  • D: La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.
  • E: La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.

PROBLEMAS DE CONDUCTA



Muchos de los problemas que nos encontramos en la vida cotidiana tienen algo que ver con: Timidez, Habilidades Sociales, Ira, Agresividad, Sumisión, etc. Entre todas ellas, y basados en nuestra experiencia terapéutica, destacan dos áreas de conflicto en las relaciones entre adultos; estas áreas se pueden resumir en dos palabras: Agresividad y Asertividad. Conceptos muy distintos y a su vez muy relacionados.



La Agresividad tiene varios componentes:


Cognitivos: actitudes hostiles hacia los demás, distorsiones o creencias erróneas acerca de las razones de la violencia.
Emocionales: auto control, autoestima.
Conductuales: abuso de drogas y alcohol, habilidades sociales. Todos estos componentes actuando en un contexto interpersonal, son origen de situaciones de violencia (no sólo física) entre hermanos, cuñados, parejas y ex parejas, amigos, compañeros de trabajo, etc. y requieren urgente tratamiento terapéutico, porque está claramente demostrado que, en estos casos, el tiempo sólo empeora el problema. 

El otro punto de conflicto que destacábamos tiene relación con el área de las Habilidades Sociales y hace referencia a la Asertividad

Múltiples autores comparten el criterio de agrupar la conducta interpersonal en tres estilos: Pasivo-Sumiso, Agresivo y Asertivo. Los dos primeros se explican, o al menos se intuyen, por su propio nombre y, por cierto, en muchas ocasiones son origen o causa el uno del otro: todos hemos oído hablar de comportamientos pasivo-agresivos, o dicho de otro modo "estar aguantando hasta que la gota colma el vaso y exploto". Pero ¿qué es un comportamiento asertivo? Citando a Lazarus podríamos resumir:
  • La capacidad de decir no
  • La capacidad de pedir favores y hacer peticiones
  • La capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos
  • La capacidad de iniciar, continuar y acabar conversaciones.
La existencia de algún déficit en el manejo de estas habilidades (que como tales habilidades son aprendidas, y que si no se tienen se pueden adquirir) genera situaciones de conflicto que requieren abordaje terapéutico para evitar un deterioro mayor. 

DEPRESIÓN Y DISTIMIA INFANTIL



La depresión mayor es un trastorno del humor, constituido por un conjunto de síntomas, entre los que predominan los de tipo afectivo (tristeza patológica, desesperanza, apatía, anhedonia, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar) y se pueden presentar también síntomas de tipo cognitivo, volitivo y físicos. Podría hablarse, por tanto, de una afectación global del funcionamiento personal, con especial énfasis en la esfera afectiva. Muchos casos de depresión son claramente apreciables en la práctica clínica, aunque no suele presentarse de forma aislada como un cuadro único, sino que es más habitual su asociación a otras entidades psicopatológicas. Así, por ejemplo, la asociación entre trastorno depresivo y de ansiedad es alta y con diversas combinaciones sintomáticas en sus manifestaciones

El diagnóstico debe realizarse mediante entrevista clínica y no ser derivado únicamente de cuestionarios. Deberán emplearse técnicas específicas, tanto verbales como no verbales, debido a la existencia de limitaciones cognitivas y de verbalización en este grupo de edad. Así, los niños más pequeños pueden tener dificultades para reconocer algunos síntomas o para comunicar sus ideas y pensamientos, lo que podría impedir un correcto diagnóstico. Para completar la evaluación psicopatológica, es imprescindible la información aportada por los padres y por el entorno escolar.
En general, la depresión infantil tiene un modo de presentación polimorfo y puede enmascararse con los distintos trastornos que aparecen en determinados cuadros psicopatológicos. En estas etapas, la irritabilidad constituye un síntoma característico de la depresión. Las manifestaciones sintomáticas están marcadas por la edad del niño, y pueden agruparse según su desarrollo evolutivo.
Los trastornos depresivos entre los adolescentes tienen a menudo un curso crónico y con altibajos, y existe un riesgo entre dos y cuatro veces superior de persistir la depresión en la edad adulta. Más del 70% de los niños y adolescentes con trastornos depresivos no han sido diagnosticados correctamente ni reciben el tratamiento adecuado. 
Las posibles razones podrían ser varias:
  • Distintas manifestaciones clínicas de la depresión en niños que en adultos o presentaciones atípicas.
  • Mayor dificultad de los niños y adolescentes para identificar como depresión lo que les ocurre.
  • No creencia entre los padres o familiares de la existencia de depresión en estas edades, no querer reconocerla por el estigma que produce o creer que podría deberse a un fracaso como educadores, aunque no sea cierto.
  • Falta de formación o entrenamiento adecuado en la evaluación de niños y adolescentes con problemas mentales por parte de los profesionales sanitarios.
  • No existencia de criterios clasificatorios específicos para la infancia y adolescencia.

TDAH- TRANSTORNO POR DEFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD

Introducción

¿Tiene su hijo problemas para prestar atención? ¿Él o ella habla sin parar o no puede quedarse quieto/a? ¿Le es difícil a su hijo controlar su comportamiento?
Para algunos niños, estos pueden ser síntomas de trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH.

¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH?

El TDAH es un trastorno común de la infancia y puede afectar a los niños de distintas maneras. El TDAH hace que a un niño le sea difícil concentrarse y prestar atención. Algunos niños pueden ser hiperactivos o tener problemas para tener paciencia. El TDAH puede hacer que a un niño le resulte difícil desempeñarse bien en la escuela o comportarse en su casa.
El TDAH se puede tratar. Los médicos y especialistas pueden ayudar.

¿Quién puede desarrollar TDAH?

Los niños de todos los orígenes pueden tener TDAH.  Los adolescentes y adultos también pueden tener TDAH.

¿Qué causa el TDAH?

Nadie lo sabe con seguridad. El TDAH probablemente es causado por una combinación de cosas. Algunas posibilidades son:
  • Los genes, porque a veces el trastorno es hereditario
  • El plomo que se encuentra en pinturas viejas y repuestos de plomería
  • El fumar y beber alcohol durante el embarazo
  • Algunos daños cerebrales
  • Los aditivos alimentarios como, por ejemplo, los colorantes artificiales, los cuáles pueden empeorar la hiperactividad.
Algunas personas creen que el azúcar refinado causa el TDAH. Pero, la mayoría de las investigaciones no apoyan la idea de que el azúcar causa el TDAH.

¿Cuáles son los síntomas del TDAH?

El TDAH tiene muchos síntomas. Al principio algunos síntomas pueden parecer comportamientos normales de un niño, pero el TDAH los empeora y hace que ocurran con mayor frecuencia. Los niños con TDAH tienen al menos seis síntomas que comienzan en los primeros cinco o seis años de sus vidas.
Los niños que tienen TDAH pueden:
  • Distraerse fácilmente y olvidarse las cosas con frecuencia
  • Cambiar rápidamente de una actividad a otra
  • Tener problemas para seguir instrucciones
  • Soñar despiertos/fantasear demasiado
  • Tener problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos
  • Perder juguetes, libros, y útiles escolares con frecuencia
  • Estar muy inquietos y retorcerse mucho
  • Hablar sin parar e interrumpir a las personas
  • Corretear mucho
  • Tocar y jugar con todo lo que ven
  • Ser muy impacientes
  • Decir comentarios inadecuados
  • Tener problemas para controlar sus emociones